HISTORIA IGLESIA EVANGÉLICA - PROTESTANTE LUTERANA- EN EL SALVADOR, CENTROAMÉRICA.

Los precursores Había presencia evangélica entre los indios misquitos. Por la costa oriental de Nicaragua, especialmente alrededor de Bluefields. Se levantó una obra fuerte de los Moravos, un grupo evangélico de origen alemán. Tanto los ingleses como los residentes misquitos tenían como enemigos a los españoles, por lo cual surgió el reino de la "Mosquilia" bajo el protectorado inglés (1670). El rey de los misquitos era admirador de los ingleses, y para demostrar su afecto hacia ellos y para fomentar la inmigración inglesa, les regaló 108 millas cuadradas de terreno en su reino. Aunque realmente a los ingleses no les interesaba mucho el terreno, lo aceptaron para no ofender al rey. Luego procuraron venderlo a un príncipe alemán Schonburg, quien era amigo de los moravos, y al conocer las condiciones lamentables en que vivían los misquitos, les hizo un llamado urgente a los moravos a que enviaran misioneros a trabajar entre aquella gente. Así que, respondiendo al llamado, los primeros misioneros moravos llegaron en 1849. Hay que destacar que, aun con todo esto, todavía no había llegado el Evangelio a la población latina. Aunque había actividad religiosa protes­tante en el istmo, era un movimiento puramente extranjero o indígena que no abrió brecha entre la gente de habla española. El Evangelio no llegó a la población latina hasta fines del siglo, y esto se logró por medio de la labor de las sociedades bíblicas y de las agencias misioneras. Las sociedades bíblicas Al principio del siglo XIX, nacieron dos agencias cuyo propósito era el de evangelizar al mundo por medio de la distribución de la Biblia. La Sociedad Bíblica Británica nació en 1804, y la Sociedad Bíblica Americana en 1816. "Estas sociedades fueron las primeras entidades que manifestaron interés en la evangelización protestante de América Latina." Sus representantes, o "co porto res" como les llamaban, andaban vendiendo Biblias, tratados y otra literatura cristiana. Si bien los colportores no fundaron iglesias, jugaron un papel importantísimo en el esfuerzo de abrir brecha para el Evangelio en América Latina. Ganaron algunas personas para Cristo, despertaron interés en el Evangelio, distribuyeron muchas Biblias; y así araron la tierra para los misioneros que vendrían a fundar iglesias evangélicas. Diego Thompson viajó a América del Sur como representante de la Sociedad Educativa Lancaster, con la colaboración de la Sociedad Bíblica Británica. Llegó a Argentina en 1818 y recorrió una gran parte de América Latina. En sus viajes, logró distribuir muchas Biblias y fundó muchas escuelas a base del sistema "lancasteriano," un sistema que se caracteriza por el uso de la Biblia como el texto para enseñar y aprender a leer, y por la participación de los alumnos más avanzados para enseñar a los principiantes. Este sistema "llegó a ser muy popular, impulsado por Bolívar y San Martín. Requería poco personal y enseñaba a leer rápida­mente. En 1827 y 1828, la Sociedad Bíblica Británica envió a Guatemala a un inglés que se dedicó a vender Biblias en la capital. Luego, otro inglés, un marinero convertido cuyo nombre era Federico Crowe, llegó a Guatemala en 1843 como vendedor al servicio de la Sociedad Bíblica. Vendió Biblias en Salamá y luego en la capital. donde llegó a ser profesor de inglés y francés en la Universidad Nacional, y donde enseñó música y organizó la primera banda en la historia de Guatemala.' También silenciosamente formó un grupo de discípulos. Luego empezó una escuela de primeras letras tipo iancasteriano, pero debido a la oposición del arzobispo, tuvo que cerrar su escuela en 1846 y abandonar el país. "Tocó a su fin el breve ministerio directo de Federico Crowe, pero su influencia perduró. Había formado un grupo entusiasta de discípulos que sin duda formaron parte del grupo que promovió la reforma liberal que se inició en 1871. Entre éstos discípulos se hallaba el afamado politice y literato Lorenzo Montufar." En Costa Rica el capitán inglés Le Lacheur distribuía Biblias. En el desempeño de su trabajo, llevaba café costarricense a Londres y traía Biblias a Costa Rica. Vendió 4000 Nuevos Testamentos y 500 Biblias completas entre los años 1846 y 1848. En 1856 llegó a Nicaragua un colportor de la Sociedad Bíblica Americana. el Rdo. Wheeler, quien antes había sido capellán para marineros en el Istmo. Sin embargo, esta historia tuvo un fin trágico. Resulta que en más o menos la misma época, el aventurero estadounidense William Walker llegó a Nicaragua para ayudar al bando liberal en la guerra civil. Los enemigos nicaragüenses de Walker presionaron al Rdo. Wheeler para que se uniera a ellos y peleara contra Walker. El Rdo. Wheeler se rehusó a hacerlo y fue fusilado en 1856. Así que un colportor llegó a ser uno de los primeros mártires por Cristo en Centroamérica. El colportor más renombrado en Centroamérica fue Francisco Penzotti. Nacido en Italia, en el año 1864, a la edad de 13 años, emigró a Montevideo. Uruguay. Todavía joven se convirtió a la fe evangélica a raíz Los precursores De la lectura del Evangelio según San Juan, y se unio a una iglesia evangélica. Quizás su interés en tener un ministerio ambulante para distribuir la Biblia provino de un sistema de evangelización que empleaba su iglesia. Este sistema sugerido en Lucas 1 O, consistía en salir de dos en dos a evangelizar de casa en casa.' A través de su participación en esa actividad, sintió el llamado de Dios para el ministerio. Cuando un incendio destruyó su taller de carpintería, aceptó el pastorado de la iglesia de la colonia Valdense, donde sirvió por varios años antes de trabajar con la Sociedad Bíblica Americana. Empezó el ministerio de distribuir la Biblia en 1883. Fue quizás el colportor más intrépido y heroico en la historia de la causa evangélica en América Latina. Llegó a pie y a lomo de mula a pueblos y lugares muy apartados. Fue perseguido por fanáticos religiosos. Varias veces lo metieron en la cárcel. En el Callao, Perú, estuvo nueve meses en prisión por andar propagando la Palabra de Dios. Llegó a Centro América en 1892 y estableció una agencia bíblica en Guatemala, desde donde visitaba los países centroamericanos. Escribía informes sobre sus experiencias y sobre la necesidad espiritual de América Central, los cuales fueron publicados en revistas como El Boletín de la Misión Centroamericana ("The Central America Bulletin"). Estos informes fueron la clave para atraer misioneros al Istmo. Además, cuando llegaron los primeros misioneros, el hermano Penzotti les ayudó grandemente en su tarea de iniciar la obra evangélica en América Central. Les dio orientación sobre los países a donde habían llegado. Viajaba con ellos, y participó en mucho de las primeras actividades públicas de evangelización que ellos realizaron. Fue un hombre clave en la llegada del Evangelio a El Salvador y a todo América Central. No es de extrañar que se le diera el título de "el apóstol San Juan de las Iglesias (Evangélicas) de Centro América."' Las agencias misioneras "Las juntas misioneras protestantes tardaron mucho en enviar obreros a América Latina, sobre todo a Centro América. Es difícil saber por qué las agencias misioneras, particularmente las norteamericanas, tardaron tanto en ver la necesidad que se hallaba tan cerca de su propia tierra. Podría ser que las obras misioneras en Asia y Africa, las cuales se habían iniciado en el siglo anterior, llamaran tanto la atención de las agencias por Dr. Guillermo Taylor y Lic. Eugenio Campos, Misiones Mundiales (Gua1emala: Semanario de los informes de los misioneros que trabajaban allá que no volvieron la vista a otros campos como Centroamérica. Probablemente, el hecho de que los países de Centroamérica y de toda América latina eran católicos desanimó a las agencias en cuanto a enviar sus misioneros a esta región, puesto que algunas personas tenían la impresión de que estos países ya habían sido "cristianizados" o que por lo menos no estaban tan necesitados como aquellos países dominados por religiones paganas. Había dos agencias misioneras norteamericanas que rompieron con esta indiferencia y jugaron el papel de pioneros en Centroamérica: la Iglesia Presbiteriana y la Misión Centroamericana. Los presbiterianos entraron primero en 1882 en Guatemala, debido a una serie de circunstancias extraordinarias, en las cuales podemos ver el fruto del ministerio del colportor y luego profesor Federico Crowe. La Misión Centroamericana fue la pionera en las otras repúblicas centroamericanas, incluso en El Salvador. La Guatemala, como muchos países latinoamericanos en el siglo pasa­do, experimentó una lucha interna entre liberales y conservadores. Los liberales, por un lado, querían abrir las puertas a ideas extranjeras, particularmente de los Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Querían inversión foránea y desarrollo económico sin intervención del estado. También querían limitar la influencia que la Iglesia Católica Romana ejercía sobre la vida de los ciudadanos. Favorecían, por tanto, la libertad religiosa. Los conservadores, por otra parte, buscaban lo opuesto. Desconfiaban de los extranjeros, así que no tenían interés en la inversión extranjera. Abogaban por una política económica proteccionista y apoyaban el papel tradicional de la Iglesia Católica Romana, la cual era el árbitro moral en la vida pública y el poder que conservaba y controlaba la situación social y política de aquel entonces.' De 1839 a 1871, Guatemala vivió la era clerical, en la que los conservadores gobernaban. En 1871, el golpe de estado de García Granados inauguró una era de gobierno liberal y anticlerical. Cuando el liberal Justo Rufino Barrios fue elegido presidente en 1873, empezó unaserie de reformas, que incluyeron un decreto de absoluta libertad religiosaque se emitió en el mismo año de la elección de Barrios para fomentar la inmigración protestante. Por supuesto, los conservadores se opusieron a ese decreto. Richard A. Haggerty. Resultó que la esposa de Barrios tenía como amiga íntima a una señora de una familia norteamericana de apellido Cleaves. Los Cleaves eran dueños de la finca La Alameda en Chimaltenango. Un día en el mes de octubre de 1881, dicha señora almorzaba con la familia Barrios cuando el presidente regresó a su casa, afligido por los obstáculos que los clericales ponían a su programa de reformas. La señora de Cleaves le habló de la obra benéfica de las misiones evangélicas en México y Colombia, y le dijo que sería bueno que se les permitiera a los guatemaltecos conocer otra forma del cristianismo, es decir, que no fuera católico romano. El presidente quedó impresionado con esta sugerencia y le pidió a la señora de Cleaves que se comunicara con alguna misión para suplicarles que enviaran a misioneros evangélicos a Guatemala. Como la señora de Cleaves era de la Iglesia Presbiteriana, recomendó a su propia iglesia. Mientras tanto, el presidente escribió a Lorenzo Montúfar, quien había sido estudiante y discípulo de Federico Crowe. En ese tiempo, don Lorenzo era embajador representante de Guatemala en Washington para resolver una controversia sobre la frontera entre Guatemala y México. Al recibir la carta del presidente, en la cual describía la idea de la señora de Cleaves, don Lorenzo se emocionó y él mismo animó a la sociedad misionera presbiteriana para que enviara misioneros, a fin de empezar la obra evangélica en Guatemala. En atención a la súplica del presidente Barrios y del señor Montúfar,la sociedad misionera presbiteriana decidió nombrar al Rdo. Juan Hill para que comenzara las obras en Guatemala. Esto fue un cambio de planes para el Rdo. Hill, porque ya había sido nombrado para ir a la China. Para cuando la agencia resolvió mandar al Rdo. Hill, Guatemala había hecho un tratado con México sobre la controversia fronteriza, y el mismo presidente Barrios había llegado a los Estados Unidos para firmar el tratado. Aprovechando su visita a los Estados Unidos, el presidente conoció al Rdo. Hill e insistió en que lo acompañara en su viaje de regreso a Guatemala. "De modo que el presidente, de regreso a su tierra, llevaba no solo un tratado con México sino también a un misionero evangélico."' Así se abrió la brecha en Centroamérica para el Evangelio. Si bien el presidente Barrios no estaba tan interesado en el Evangelio, sino en que los misioneros evangélicos quebraran el poder de la iglesia católica sobre la población, no obstante, fue por su intervención y patrocinio que empezó la obra evangélica en Guatemala, la primera en Centroamérica. Cualquier ra que fuera su motivo, él literalmente trajo al primer misionero evangélico al Istmo. El inicio de la Misión Centroamericana y su llegada a Costa Rica En la segunda mitad del siglo XIX, dos canadienses, Roberto Ross y Roberto Lang, adquirieron fincas de café en Costa Rica, trasladándose a San José. Allí en la comunidad extranjera de habla inglesa, conocieron a dos señoritas evangélicas con las cuales se casaron. Ambas familias llegaron a ser feligreses de "la iglesia de hierro," la iglesia evangélica que fue fundada en 1865 para servir a la comunidad de habla inglesa que vivía en San José. Las Señoras de Ross y de Lang tenían mucha percepción espiritual y se dieron cuenta de que la "iglesia de hierro" (o "la Iglesia del Buen Pastor" llamada propiamente) no tenía alcance a la población costarricense se, sino que aquel ministerio solamente tenía impacto entre la población de ingleses y norteamericanos que vivían allá. Vieron una gran necesidades piritual entre los costarricenses, quienes vivían encadenados por supersticiones, inmoralidad y alcoholismo. Vieron que en la sociedad había mucho paganismo con barniz de cristianismo y que había una tremenda ignorancia de la Biblia y del Evangelio de salvación por fe en Cristo. Sintieron una gran carga por la evangelización de los costarricenses; así que, empezaron a reunirse para orar que Dios mandara a un misionero para traer el Evangelio a Costa Rica. Pasaron los días y los meses y todavía no llegaba ningún misionero. Según su propio testimonio subsiguiente, sintieron la tentación de dejar de orar; sin embargo, ante la gran necesidad no pudieron cesar, y siguieron rogando que Dios mandara obreros a Costa Rica. Oraron por casi dos años antes de que vieran la respuesta. Mientras ellas oraban, un pastor evangélico en Dallas, Giro lngersol Sccfield, empezó a sentir una carga de interés misionero por Centro América. El Dr. Scofield era pastor de la Primera Iglesia Congregacional de Dallas, Texas, y es el mismo quien más tarde escribió las notas de la famosa Biblia de Referencia Scofield. C.I. Sco6eld Una visión misionera había despertado en su corazón, motivado por conferencias misioneras a las cuales había asistido, por su estudio personal de las Escrituras, y por su amistad con el misionero Hudson Taylor, misionero en la China. En 1888, una cadena de circunstancias imprevistas y aparentemente no relacionadas entre sí llamaron su atención al país de Costa Rica. El Dr. Scofield se dio cuenta de la gran oscuridad espiritual de esta república centroamericana. Donde "sacerdotes disipados parodiaban ministrar espiritualmente al pueblo."' Compartió su carga por Costa Rica con un grupo pequeño de hombres espirituales de su iglesia, pidiéndoles que oraran con él sobre esa necesidad. Uno de aquellos caballeros, Lutero Rees, se emocionó cuando hizo indagaciones sobre las otras repúblicas centroamericanas, y descubrió que la única obra hispana de agencia misionera era la obra arriba mencionada que los presbiterianos habían iniciado en Guatemala en 1882, y que la condición espiritual de esas repúblicas era parecida a la de Costa Rica. El Dr. Scofield y los miembros de su grupo se sintieron cada vez más impresionados por la idea de que Dios pediría cuenta a los cristianos norteamericanos, porque mientras ellos llevaban el Evangelio a países lejanos, ignoraban a Centroamérica. En la revista El Creyente, de la cual el Dr. Scofield era editor, apareció un artículo que decía: "Es un hecho de suma importancia, en vista del plan misionero inspirado que se encuentra en Hechos 1 :8 - "en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria" - que de los territorios no alcanzados con el Evangelio, Centroamérica es de todo el mundo el que está más cerca para cualquier cristiano en los Estados Unidos o en Canadá. Hemos pasado por alto nuestra La familia. • McConnel Samaria."! M!ldred w. Spain,And In Samaria (Dallas, Texas: The cemrat Amenca Mission. 1954), p. 7. La frase entre comillas fue comentario de Scofield. Cuando otras indagaciones revelaron que ningunas de las denominaciones evangélicas en América del Norte tenían proyecciones de iniciar trabajos en Centroamérica, Scofield resolvió formar una agencia misionera, cuyo objetivo específico sería evangelizar estas repúblicas. El 14 de noviembre de 1890 se organizó oficialmente la Misión Centroamericana en la casa del Dr. Scofield. No es sorprendente que los mismos laicos que habían compartido la carga de oración en cuanto a Centroamérica fueran junto con el Dr. Scofield los oficiales del primer concilio de la Misión. Como la Misión se había formado por la visión de un pastor y de un grupo de laicos y no por una denominación, sería una misión no denominacional. Entre todas las repúblicas centroamericanas, su primer objetivo sería Costa Rica. Unos pocos meses después, en Minnesota, William y Minnie McConnel se preparaban para ir a A frica con sus tres hijos pequeños. Ellos se habían entregado al ministerio misionero y habían solicitado integrarse a una agencia misionera que trabajaba en aquel continente. William ya había renunciado de su trabajo con el ferrocarril y su esposa Minnie ya había empacado todas sus cosas en barriles y cajas. El día antes de su salida para África, recibieron una carta de la agencia misionera con la cual iban a trabajar allá. La carta explicaba que su solicitud había sido rechazada porque tenían niños pequeños y las condiciones primitivas y el clima de Africa no eran saludables ni para mujeres ni para niños pequeños, por lo cual se había tomado la decisión de no aceptar su solicitud. Aturdidos, los McConnel se sentaron entre todas sus posesiones empacadas, no sabiendo qué hacer. Luego, McConnel fue a hablar con un amigo quien le aconsejó: "William. el campo misionero no sólo es Africa. El campo es todo el mundo y Dios tiene necesidad de sus siervos en muchos lugares." Recogió una revista que estaba en su escritorio y se la enseñó. "Mira esto: algunos hermanos en Dallas, Texas, están iniciando una misión y quieren mandar a alguien a Costa Rica." Todavía no convencido, William le replicó: "No sé nada de Costa Rica, salvo que está por algún lugar al sur de México." Su amigo le dijo: "Según el artículo, muchas agencias misioneras no van allí porque es un país católico. La nueva agencia sólo requiere que los aspirantes estén físicamente sanos; y se anima a parejas para que presenten solicitud a la Misión. William, quizás Dios te está reteniendo aquí para que vayas a Costa Rica. ¿Por qué no escribes a Dallas para mayor información?" Los McConnel escribieron al Dr. Scofield y fueron aceptados como respuesta a sus oraciones. El 24 de febrero de 1891, William se embarcó en Nueva Orleans, rumbo a Costa Rica. Doña Minnie y los tres hijos siguieron después. Los McConnel fueron los primeros misioneros de la Aqu i la historia vuelve a su punto de partida, pues una vez en Costa Rica, los McConnel conocieron a las familias Ross y Lang, las cuales habían orado por dos años que Dios mandara misioneros a Costa Rica. Con la llegada de los McConnel, finalmente habían visto la respuesta a sus oraciones. Los esposos Ross y los Lang les extendieron todo tipo de apoyo y cortesía, empezaron así una amistad con los McConnel que duró toda la vida. La fundación de la Misión Centroamericana también fue respuesta indirecta a las oraciones de las señoras Ross y Lang. Como la Misión era la plataforma desde la cual los primeros misioneros se lanzarían a El Salvador, esas señoras también tuvieron una parte indirecta en la llegada del Evangelio a esta república. 1894: El primer intento de abrir brecha en El Salvador En 1893, apareció en EL Boletín de la Misión Centroamericana un artículo que hizo referencia a una carta de Francisco Penzotti, en la cual este siervo de Dios describía la necesidad espiritual en El Salvador y hacia un llamado conmovedor para que misioneros llegaran a este país para establecer la obra evangélica: "Hemos trabajado en los últimos seis meses en San Salvador, la capital, con buenos resultados. Tenemos cultos en la casa del editor de uno de los periódicos. Este periodista nunca había visto una Biblia, ni escuchado el Evangelio. El director general de Correos junto a varias personas que trabajan con él, son muy fieles en su asistencia a estos cultos. Además asisten abogados y otras personas de importancia, y varias señoras y señoritas. Están deseosos de tener una obra evangélica permanente. Seguramente, esta petición no será desoída por los redimidos del Señor.'' Para 1894 habían llegado a Costa Rica dos parejas misioneras más y una misionera soltera. Con siete misioneros allí, les pareció que el tiempo era oportuno para que algunos de ellos se lanzaran a otros países centroamericanos. Una pareja, la familia Dillon, tenía el proyecto de iniciar la obra evangélica en El Salvador, en respuesta al llamado que había hecho Francisco Penzotti. H.C. Dillon y su esposa Laura, con sus dos hijos Howard y Ruth, resolvieron ir a El Salvador por tierra con Francisco Penzotti. Pensaban también aprovechar el viaje por Nicaragua para conocer ese país, evangelizar y escribir informes que podrían ayudar para el inicio de una futura obra evangélica en territorio nicaragüense. Clarence Wilbur y su señora eran la segunda pareja misionera que había llegado para ayudar a los McConnel. Ctarence, un misionero joven, aparentemente tenía una facilidad increíble para aprender idiomas, pues estaba predicando en español después de solo tres meses de haber llegado a Costa Rica, lo cual es un logro asombroso. El decidió dejar a su esposa y a su pequeño hijo en Costa Rica y acompañar al grupo en su viaje a El Salvador. Para cuando llegaron a Granada, H.C. Dillon Nicaragua, don Clarence tenía fiebre. En la tarde del 19 de junio de1894 su estado era crítico. La fiebre le había subido, tenía sed, con altacalentura, fuerte dolor de cabeza, y sus ojos y piel estaban amarillentos. Laura Dillon, quien lo atendió, reconoció los síntomas de fiebre amarilla. Se empeoró, y en la tarde del 20 de junio murió, apoyándose en los brazos de Francisco Penzotti. Debido a que era una enfermedad altamente contagiosa, lo enterraron el mismo día, cerca del cementerio pero no adentro, pues en aquel entonces no permitían el entierro de muertos protestantes en los cementerios públicos. Tuvieron que ocupar la puerta de la casa donde murió para hacer su ataúd. Tenía sólo 26 años cuando murió y llevaba solo 16 meses de trabajar como misionero. El viaje rumbo a El Salvador había cobrado su primera víctima, aunque no sería la última. Doña Laura, quien atendió a Clarence Wilbur en su enfermedad, contrajo la misma fiebre amarilla. Ante esta crisis que parecía ir empeoran, Laura Dillon dose, el grupo tenía que formar algún plan de acción y tenía que pesar varios factores: parecía que el clima tropical de Granada era dañino para ella en su condición debilitada. Sin embargo, parecía que los rigores deseguir el viaje por tierra serían más de lo que ella pudiera soportar. Así que Francisco Penzotti y H.C. Dillon tomaron la decisión de que H.C. y Laura Dillon, con sus dos hijos, irian en tren hasta el puerto nicaragüense de Corinto, donde comprarían boletos para ir en barco a Acajutla, El Salvador. Mientras tanto Francisco Penzotti iría adelante por tierra a El Salvador con la esperanza de reunirse con ellos allá. Lo siguiente es del diario personal de H.C. Dillon: "El domingo, 24 de junio: nos embarcamos en la nave, un barco de vapor, a las 9:30 de la mañana. Nos costó embarcarla, pues, tuvimos quellevarla con mucho cuidado. Está más débi l esta mañana que ayer, y ya no puede comer." "El lunes, 25: Acabo de contarle a Laura lo serio de su condición, y que yo no creía que estuviera conmigo mucho tiempo más. Pasamos juntos un buen tiempo en oración ante el Señor sobre su condición, y Dios me dio la gracia para soportarlo al ver su buen ánimo en medio de todo esto. Esta noche Laura pidió hablar con los niños. Se despidió de ellos. No ha podido decir mucho desde entonces." "El martes, 26: A las 3:45 en la madrugada las manos cariñosas del Señor se la llevaron, y ella está con El. Ya no hay enfermedad ni sufrimiento para ella. Pero, ¡Ay, Padre mio' ¿qué haré yo? Ahora como nunca, enséñame a descansar en tu Palabra y recordar que tus brazos me sostienen. A las 2:00 p.m. la sepultamos en el mar." Laura Dillon había fallecido solamente seis días después de la muerte de Clarence Wilbur. Con dos hijos pequeños sin su madre, H.C. Dillon se vio obligado a suspender sus planes de desembarcar en Acajutla, regresando con sus hijos a los Estados Unidos, donde encontró una familia que le cuidaría a los niños. Aunque H.C. Dillon eventualmente regresó a Centroamérica, donde tuvo su ministerio en Guatemala' y Honduras.' nunca llegó a El Salvador. Conclusión Así que en el primer intento de abrir la brecha en El Salvador, tres misioneros qué habían salido rumbo a El Salvador no lograron realizar su propósito. La llegada del primer misionero tendría que esperar unos dos años más. Roberto Hermann Bender escribió a la Misión Centroamericana, expresando su deseo de ingresar en ella. Fue aceptado el 1 de noviembre del mismo año. Al saber que lo habían aceptado, salió de Troy, Nueva York, para SI. Paul, Minnesota, donde estudió los rudimentos del español bajo la enseñanza de William McConnel, quien lo había aprendido y practicado durante sus 5 años en Costa Rica, y quien estaba en los Estados Unidos para un período de descanso necesario por causa del estado delicado de la salud de su esposa Minnie. Roberto Bender En febrero de 1897 terminó su estudio y salió rumbo a El Salvador. En el vapor "Stillwater" llegó a Puerto Cortez, Honduras, el 4 de marzo. Se encaminó a Santa Rosa de Copán, donde se quedó del 12 hasta el 29 de dicho mes, fecha en la que salió a pie para San Salvador. Esa visita a Santa Rosa Je dio oportunidad a Bender para conocer una nueva obra de la Misión Centroamericana que un equipo de misioneros estaba levantando allí bajo la dirección de A.E. Bishop. Además, en aquella ciudad conoció a la señorita Bella Purves, una misionera soltera quien era parte del equipo, y quien luego sería su esposa. Finalmente, Roberto Bender llegó a la capital de El Salvador el 6 de abril de 1897, quedándose en la casa en donde estaban viviendo los Purdie, en la intersección de la 8a Calle Oriente y la Calle de la Chacra.' Así inició una carrera misionera que duró 37 años y que le ganó a Roberto Bender el título de "el amado apóstol de El Salvador." Después de una semana de descanso, empezó a trabajar arduamente en un ministerio ambulante. Vendía Biblias, repartía tratados y otra literatura evangélica y llevaban a cabo cultos de evangelización. En los primeros seis meses, distribuyó 132 Biblias, 65 Nuevos Testamentos, y 147 porciones de la Biblia, y visitó 28 ciudades y pueblos en el cumplimiento de su misión. Otra tragedia Con la experiencia que Samuel Purdie había adquirido en el trabajo de imprenta en México, no es sorprendente que, una vez establecido en El Salvador, estableciera una imprenta. Empezó a imprimir literatura evangélica, como himnarios, tratados y estudios bíblicos, Entre otras cosas. En julio de t 897, Roberto Bender y el joven José Purdie, al regresar de una gira de evangelización hallaron que don Samuel se había herido un dedo mientras trabajaba con la imprenta. Después de pocos dias contrajo el tétano. No obstante lo que pudieron hacer por medio de la ciencia y la medicina de que disponían en aquel entonces, su estado se empeoró. Predicó la última vez en el culto del 1 de agosto. El mismo día escribía una carta que iba a mandar a un amigo, en la cual decía: "Yo intentaba leer 2 Timoteo capítulo 2, y una porción del capítulo 4, pero José tuvo que terminar la lectura. Intentaba luego hablar sobre la expectativa de Pablo de que el fin de su vida se acercaba, y sobre la seguridad que él tenía en cuanto a su vida, especialmente en el capítulo 2, versículo 11. Sin embargo, la rigidez de la mandíbula me impidió hablar mucho. Debido a las circunstancias, reinaba una gran solemnidad." Nunca terminó aquella carta. Después de varios días de sufrimiento, murió el 6 de agosto de 1897. a las 5:20 a.m. Sus últimas palabras fueron: "Este sufrimiento es duro, pero el Paraíso me lo recompensará. Esta enfermedad mía es más seria de lo que Uds. piensan. No hay más remedio que confiar en Dios. Que se haga la voluntad de Dios." A uno de los obreros salvadoreños que estaba cerca le dijo: "Me ha agradado mucho comenzar la obra del Señor en El Salvador, y deseo que los buenos hermanos salvadoreños continúen la obra que he comenzado." Pasó de esta vida pronunciando repetidamente el nombre del Señor Jesús. Fue sepultado en el Cementerio General de San Salvador en una parcela que todavía guarda sus cenizas. Llevaba apenas un año de trabajar en El Salvador cuando murió. Durante agosto y septiembre su hijo José concluyó algunos trabajos de imprenta que estaban pendientes cuando Purdie falleció, y el 8 de octubre José y la señora Purdie regresaron a los Estados Unidos. A Roberto Bender, quien llevaba sólo cuatro meses de estar en El Salvador cuando Samuel murió, le iba a tocar trabajar solo por casi dos años. Los primeros bautizados Antes de su muerte, sin embargo, Samuel tuvo la bendición de hacer el primer bautismo evangélico en la República. El primer creyente evangélico que se bautizó en El Salvador no era salvadoreño, sino cubano. Su nombre era Marco Aurelio Toledo, bautizándose el 27 de diciembre de 1896. Sigue una transcripción de esta primera acta de bautismo: ACTA DE BAUTISMO. IGLESIA EVANGÉLICA DE EL SALVADOR TEMPLO PROVISIONAL. 9a. Avenida Norte, No. 60 Diciembre 27, 1896 Reunida la Congregación en la Conferencia Ordinaria, se presentó el Sr. MARCO AURELIO TOLEDO, natural de la isla de Cuba, y habiendo manifestado con anticipación su deseo de afiliarse en la IGLESIA EVANGELICA MISION CENTROAMERICANA que se está estableciendo en esta Capital, y en respuesta a unas preguntas que le fueron dirigidas por el Presbítero Evangélico encargado de este trabajo, manifestó que reconoció a JESUCRISTO como el Salvador de los creyentes y le acepta como su personal Salvador, y que acepta las enseñanzas de JESUCRISTO y sus Apóstoles como se encuentran en el Nuevo Testamento, como la única regla de fe divinamente autorizada, y que rechaza todo lo que hombres falibles han añadido a ella; y que procurará mostrar amor fraternal hacia todos los miembros de las iglesias evangélicas en los lugares de su tránsito y residencia, cooperando con ellos para el adelanto de la causa. Siendo satisfactorias las respuestas, fue bautizado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y fue encomendado en oración a DIOS y por palabra y certificado a sus hermanos en la fe. Firmada en San Salvador, a los 27 días del mes de diciembre de 1896. Samuel A. Purdie . Presbítero Evangélico. Marco A. Toledo . Testigo: Antonio Paniagua Rossi Los primeros salvadoreños que recibieron a Cristo y se bautizaron eran miembros de una familia de San Salvador de apellido Herrador: "señora Cruz Alfaro de Herrador, José Antonio Herrador y Rodolfo Aro Herrador." Pusieron su fe en Jesucristo como su Salvador en noviembre de 1897 y fueron bautizados por Roberto Bender en la noche, el día viernes, 25 de febrero de 1898. La primera iglesia establecida No obstante que ya había creyentes bautizados, aun no existía en El Salvador una iglesia establecida. Aparentemente, las dificultades para establecer una iglesia local en la capital llevó a Roberto a concentrar sus esfuerzos en llopango, donde parecía haber más apertura que en la capital. El 8 de Marzo de 1898 Roberto Bender empezó cultos en llopango,' población que en aquel tiempo era una aldea de sólo 500 habitantes y no tenía un cura residente. Si bien hubo buena asistencia desde el principio, también se desató fuerte oposición. A Santa María Ostuma y San Pedro Nonualco. Juan Cierra, uno de los primeros convertidos de Bender, le acompaño como músico a Ostuma y San Pedro Nonualco. Cruzando en lancha el lago de Ilopango para llegar a San Miguel Tepezontes. Juan Cierra se casó con María Rodríguez y se establecieron en la ciudad, sufriendo afrenta por el evangelio. Protestantes apedreados, reporta embajador de USA. En la Alcaldía de San Pedro Nonualco quedó registrado el hecho que los luteranos protestantes fueron atacados por una chusma de fanáticos religiosos. Libro de Actas y Acuerdos Municipales 1907. Folio 29-31. Archivo Alcaldía Municipal de San Pedro Nonualco. Certificación de acta que dice: El infrascrito Alcalde Municipal Certifica: el acta que literalmente dice asi: “En la Villa de San Pedro Nonualco a las dos de la tarde del dia cuatro de julio de 1907 = Reunida la Corporación Municipal en sesión extraordinaria con asistencia del vecindario notable de esta población, cuyo efecto ha sido invitado con el importante objeto de tratar de asuntos de interés general para esta localidad; y tomando en consideración que el asunto mas palpitante y de actualidad para este vecindario es la disidencia ocurrida entre un grupo de naturales que como neófitos profesan profesan la Religión Protestante, con el titulo de de Evangelistas y la mayoría de estos moradores que en su universalidad por origen y educación profesan la Religión Católica Apostólica Romana; disidencia que ha dado margen a la queja del Pastor del primer grupo Señor Roberto H. Bender, interpuesta ante el Honorable Señor Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario de los EE.UU. de N. A. quien se ha dirigido al Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores Doctor don Ramón García Gonzáles, quien á su vez ha trascrito aquella comunicación al Señor Ministro de Gobernación haciendo lo mismo este alto funcionario al Señor Gobernador Departamental de la Paz General Don Adolfo García Alvarenga.- Considerando: que el Señor García Alvarenga en su elevado carácter de Jefe Departamental y delegación del Señor General Presidente y Señor Ministro de Relaciones Exteriores de la República se halla dentro de nosotros, con el plausible fin de conciliar las diferencias surgidas entre las agrupaciones ya mencionadas y hacer las investigaciones de ciertos cargos que en la queja de que se ha hecho merito y que se hacen a personas particulares y a funcionarios del orden civil administrativo y militar sobre fomento de discordia y escisión de las practicas o reuniones religiosas del permis [¿?] presidido por el Señor Misionero Bender: Considerando que dada la actividad, inteligencia ilustración del General García Alvarenga como también su indiscutible tacto político para tratar asuntos que se relacionan con nuestra Patria él ha investigado y adquirido documentos que desvanecen en absoluto los infundados cargos que el Señor Misionera Evangelista hace en su nota telegráfica del veintisiete de junio próximo pasado y que hace referencia á la nota del veinticinco del mismo, que el señor Ministro de Gobernación comunico a la Gobernación de este Departamento como son un informativo especial seguido a efecto de esclarecer hechos ocurridos en esta Villa en los días señalados por el propio Señor Bender y las contestaciones que se han agregado al informativo predicho.- Considerando: que todos los habitantes de estas comarcas son decididamente Gobiernistas y hasta su vida posponen por el bien nacional, cosa que ha sido puesto de relieve de manera clara y acomodada á todas las inteligencias por el expresado García Alvrenga. Por tanto: esta municipalidad y los vecinos que firmamos esta acta, no podemos menos que agradecer y apreciar en lo que vale la generosa i patrióticas gestiones del Señor Garcia Alvarenga, digno comisionado de nuestro Gobierno para zanjar las dificultades que en mala hora habían surgido en este laborioso vecindario. Todos los infrascritos unanimente declaramos que tanto los funcionarios Públicos del Departamento tanto civiles como militares así como el Señor Cura de esta Parroquia Don Norberto C. Porras no tienen ninguna responsabilidad ni directa ni indirectas en las contravenciones que de carácter puramente particular ha habido entre las agrupaciones contendientes de lo cual damos completa fe y llevamos por medio del Señor Gobernador Departamental al conocimiento del Señor Ministro de Relaciones Exteriores para que a su vez lo haga con su Excelencia, el Señor Presidente de la República todos los presentes firmamos esta acta [varias firmas] 29-31 Don Roberto Bender y alumnos del primer Instituto Bíblico en Santa María Ostuma. En Juayua, El Salvador, hay un colegio con el nombre de Robeto H. Bender. El 15 de marzo Roberto Bender escribió: "Hace una semana tuvimos el primer culto. Muchos asistieron, y algunos tuvieron que estar afuera de pie por falta de espacio. Al día siguiente, el alcalde nos llamó a su oficina para pedimos cuenta de nuestra conducta, además nos pidió que le mostráramos una licencia. Le dije que la ley permitía la libertad total de culto, y él me contestó que era diferente en las aldeas. Eso me dio oportunidad para testificarle de mi fe. "Esa tarde fui a la capital y conseguí del gobernador departamental una orden para que las autoridades en llopango no nos molestaran. Seguí con los cultos y otra vez el alcalde me llamó. Al cuestionarme, le mostré la "Hicimos un cambio. Dejamos de tener cultos en la capital y empezamos a tener cultas en llopango. En el mismo mes fuimos invitados a San Bartola, donde tenemos conferencias cada miércoles por la tarde.· orden, la cual le dejó callado. "Esa noche una multitud de muchachos se reunió afuera, y justo mientras yo comenzaba a predicar, tiraron piedras. No hubo heridos. Otra tarde volvieron a llamarnos para decirnos que llegarían a las 9:00 p.m., y que si nos encontraban predicando tendríamos que dormir en la cárcel esa noche. Tuvimos el culto a las 9:00; sin embargo, no aparecieron y terminamos el culto en paz y tranquilidad."' Vale la pena mencionar que en junio del mismo año (1898), en respuesta a la invitación hecha para la apertura de casas donde fuera posible celebrar cultos, algunas personas ofrecieron las suyas, por lo que Roberto Bender también inició conferencias en San Martín. Sin embargo, tuvieron que suspender los cultos debido al peligro para los que habían ofrecido sus casas, pues fueron amenazados por algunos fanáticos. Hasta llegaron a la casa de reunión con machetes y pistolas, exigiendo que les entregaran al misionero, quien afortunadamente había salido pocos minutos antes. Sacaron al padre de familia y lo llevaron al alcalde, quien le ordenó que ya no permitiera que Roberto Bender llegara a su casa. La obra siguió adelante en llopango, organizándose oficialmente como Iglesia el 5 de julio de 1898. Roberto Bender y Antonio Ayala fueron sus primeros ancianos, y en aquel mismo día se bautizaron 7 creyentes, los cuales eran: Antonio Ayala, Alejandro Ayala, José María Ayala, Jesús Cabrera, Trinidad Herrera, Rochenda Herrera y Josefina Chicas.' Lastimosamente, esta iglesia evangélica en llopango, la primera en la República, ya no existe. La semilla en los corazónes de niños y jóvenes dio fruto en otros lugares. La fundación de la iglesia en San Salvador Ya se mencionó que Roberto había llegado a El Salvador a pie después de pasar por Honduras, y que había estado 17 días en Santa Rosa de Copán, donde conoció a una misionera soltera que se llamaba Bella Purves. Ella trabajaba como parte del equipo misionero en la obra pioneraen Honduras. Aparentemente, durante aquella visita empezó una amistadque floreció en amor, pues tres años después, el 21 de marzo de 1899, ellos se casaron. La boda se celebró en Santa Rosa de Copán, Honduras. Regresaron a El Salvador en abril y empezaron sus ministerios juntos. El 22 de abril de 1899 iniciaron cultos de evangelización en la capital. Desde entonces, los esposos Bender distribuyeron su tiempo trabajando en llopango y San Salvador. Esta obra permanente que iniciaron en la capital llegaría a ser la Iglesia Central de la Misión Centroamericana. El 2 de octubre de aquel año don Bella Purves Roberto escribió el siguiente informe emocionante: "Ayer fue un día muy especial para los cristianos evangélicos de la República. La iglesia de llopango se reunió con la de la capital y tuvimos cultos desde las 9:00 a.m. hasta las 9:00 p.m., con el edificio lleno en todos los cultos. En la mañana, después de la predicación, participamos en la Santa Cena. Terminamos el día con un culto de alabanza y testimonio. También asistieron creyentes de Santo Tomás, a donde algunos miembros de la iglesia de llopangO habían llevado el Evangelio. Hace ocho días, bautizamos a los primeros seis creyentes de esta iglesia (de la capital)." La fecha exacta de este culto de bautismos en que don Roberto bautizó a seis personas fue el 24 de septiembre de 1899. Estas seis personas, según el acta escrita por don Santiago Echegoyén, fueron "Don Manuel Estrada, Doña Teodora de Estrada, Don Samuel Esquive! Mármol, Don Cecilio López, Niña Eladia Morán, Don Victoriano Cardona." Estos bautizados, "los primeros frutos" como escribió don Santiago, fueron los primeros miembros recibidos por bautismo en esta segunda iglesia evangélica de El Salvador. Conclusión Desde 1896 mucho se había logrado. Se había abierto la brecha. A pesar de muchos obstáculos, de la persecución y el fanatismo, de las dificultades, y de las enfermedades que habían cobrado la vida de Samuel Purdie, Clarence Wilbur y Laura Dillon, el Evangelio había llegado a El Salvador y se había establecido aquí una obra evangélica de manera permanente. Sin embargo, esto parece no concordar con lo que don Roberto escribió sobre primeros bautizados de San Salvador, los cuales fueron tres miembros de la familia Herrador de San Salvador. Quienes aceptaron a Cristo y se bautizaron en febrero de 1898 (véase arriba). Probablemente cuando don Roberto escóbe 1os primeros seis de esta �a,· y don Santiago ios primecos frutos,' pensaban en IOs frutos desde que la obra se estableció como iglesia. O quizás la familia Herrador se había trasladado para 1899, o por otra razón que desconocemos esta familia no se integró en ta iglesia cuando ésta se estableció. ****************************************************************************************************************

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